Sentencia del Tribunal Supremo 13/11/2019. Nº de Resolución: 777/2019 Recurso nº: 3482/2017. Resumen: Enfermedad profesional. Epicondilitis. Lo es en gerocultora de una Residencia de Ancianos que con frecuencia se ve obligada a mover, cambiar y acostar a las personas que cuida movimientos de cuerpos pesados que sobrecargan sus músculos y tendones.
En este RCUD se debate sobre el origen, común o profesional, de la epicondilitis que padece la actora gerocultora de profesión en una residencia de la tercera edad.
En vía administrativa se entendió que no procedía calificar como profesional esa contingencia causante de un proceso de incapacidad temporal, lo que fue confirmado por la sentencia de instancia. Recurrida en suplicación fue revocada por la sentencia objeto del presente recurso, al entender que la epicondilitis tiene su origen en el trabajo desempeñado por la actora.
El motivo del recurso dedicado al examen de la infracción legal denuncia la infracción del artículo 157 del Texto Refundido de la LGSS aprobado por el RDL 8/2015, en relación con el apartado 2 DO201 del Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, en su Anexo I, al entender que el trabajo de una gerocultora no es de los comprendidos en el citado apartado, ni exige realizar los movimientos y esfuerzos que requiere la calificación como profesional de la epicondilitis.
El Tribunal Supremo, siguiendo el informe del Ministerio Fiscal, señala que el Método GINSHT, desarrollado por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, como guía para el levantamiento de cargas superiores a tres kilos pone el acento en que a la altura del codo no se deben levantar cargas superiores a 11 kgs si se hace lejos del cuerpo, 19 kg. si se hace cerca, lo que se ve agravado cuando se agarran, levantan y mueven objetos voluminosos e irregulares, así como por la frecuencia y duración de la manipulación.
Aunque no todo el tiempo lo dedican a tareas de esfuerzo las gerocultoras, no es menos cierto que, con frecuencia, tienen que realizar labores de carga y movilización de los ancianos que cuidan, y repetir movimientos de fuerza con manos y brazos, que recargan los músculos y tendones de sus brazos, así como su columna vertebral con cargas superiores a veinte kilos, al tratarse de personas que no tiene volumen uniforme, en postura inclinada sobre la cama, o silla de ruedas, y otras posiciones en la que se encuentran las personas que atienden.
Esto comporta, como dice la sentencia recurrida, la realización de esfuerzos intensos con manos, muñecas y brazos en posturas forzadas que suponen una recarga de los tendones que repetida varias veces al día, acaba produciendo la lesión de epicondilitis.